jueves, 24 de noviembre de 2011

¿Vuestro perro ha mordido un mueble?

¡Buenas noches amigos!, sigo liadísima en el taller...y esto me ha llevado a tener abandonaditos a mis alumnos y a las muchas personas que se han interesado en las clases de restauración que imparto en el taller. Por eso me dirijo a ellos para darles las gracias por el interés y paciencia que están teniendo, así como para decirles que espero acabar con el mueble que me tiene tan atareada en breve, y así poder retomar las clases lo antes posible.

Y como también ando inmersa en la educación de un precioso cachorro de perro, que ha llegado recientemente a casa, para volvernos un poco locos a todos (incluídos a los otros dos perros y dos gatos), recordé cuántos muebles se ven arruinados por las "rabietas de dientes" de nuestras queridas mascotas, y pensé que era una oportunidad para recordarles que por muy grande que parezca el daño...¡TODO TIENE SOLUCIÓN!. Aquí les muestro un ejemplo de una cómoda que restauré hace tiempo...Su dueña no se lo podía creer, ya que pensaba que tendría que desecharla...



Y como éste, tengo varios ejemplos de los que ya os buscaré las fotos... Así que ya sabéis, si tenéis algún percance con vuestro perrito y los muebles, siempre podéis... llamar a Restaurata!

¡Un besote!!!




jueves, 3 de noviembre de 2011

Cómo fabricar nuestras propias ceras: la encaústica.

Retrato realizado "a la encaústica".
¡Hola de nuevo!, hoy quiero hablaros de una técnica cuyos orígenes se remontan a las antiguas civilizaciones griega y romana. Se trata de la encaústica, técnica que usa la cera como aglutinante de los pigmentos. Se cuenta que esta técnica derivaría de la pintura con cera que se le aplicaba a los barcos para impermeabilizarlos, protegiéndolos de la sal y las inclemencias del tiempo.

Yo me voy a centrar en la aplicación de la encaústica como acabado tradicional del mueble, y es que, en restauración es muy importante conocer y manejar los tratamientos con los que originalmente se protegían los muebles, pues nos ayudará a ser respetuosos con las piezas que restauremos. Es decir, nunca aplicaremos un acabado a base de goma-laca aplicada a muñequilla, en un mueble fabricado en el Renacimiento, pues esa técnica comenzó a usarse en el s.XVIII; de la misma forma, no es probable que un mueble de estilo Luis XV estuviese originalmente acabado a la encaústica. 


Pues bien, en términos generales podemos decir que el acabado a la cera nutre la madera y evita que se reseque, ofrece cierta resistencia a la humedad y a la abrasión, y no requiere ningún tratamiento tapaporos. Aparte de estas cualidades técnicas, estéticamente es un acabado que le otorga a la madera un aspecto bellísimo y muy natural.

Cera de abejas

Hoy en día se comercializan ceras ya preparadas, que nos pueden ayudar en momentos puntuales, pero que no tienen gran poder de cubrición, digamos que sirven para apoyar otro tipo de acabados. Sin embargo, la verdadera encaústica se realiza mezclando ceras de diferentes durezas, en proporciones concretas, lo cual le confiere una gran capacidad de "relleno". Las diferentes mezclas se aplican, alternándose en capas, en caliente, para que puedan penetrar mejor en la madera. Para ello se calientan las diferentes mezclas al baño maría y una vez están lo suficientemente líquidas, se aplican en la superficie a tratar con una brocha. Se dejan secar unas 24 y se pulen sacándole brillo con una gamuza. 
cera carnauba
Estos son los diferentes tipos de cera existente, enumerados de mayor a menor dureza:

   *Cera Carnauba
   *Cera Montana
   *Cera Candelilla
   *Cera Ceresina
   *Cera Ozorita
   *Cera de Abejas y Cera de Abejas blanca decolorada.

A continuación, ¡un regalito!, os voy a proporcionar la fórmula para fabricar vuestras propias ceras. Podréis conseguir diferentes tonalidades añadiendo a la mezcla colorante del tipo anilinas grasas ( tinte que sea soluble en un medio graso como es la cera):

cera ceresina
    * Para conseguir una buena mezcla de ceras es apropiado utilizar un recipiente de cobre. Añadiremos las ceras poco a poco, empezando por las de mayor dureza, ya que necesitan más calor para diluirse. Durante la cocción, la masa cerosa debe estar en contínuo movimiento, ulizando para ello una espátula. Podremos apartarla del fuego cuando la mezcla sea fluída, homogénea y no tenga espuma en la superficie. Es en este momento cuando añadiremos la esencia de trementina (aguarrás) que impedirá su cristalización, proporcionando una masa cremosa. Esta crema la guardaremos en un bote con tapa y la usaremos cuando nos haga falta. La cantidad de trementina variará en función de lo que queramos conseguir: una mezcla más cremosa, para nutrir la madera, llevará un 70% de trementina; mientras que si lo que queremos fabricar son barritas para rellenar agujeros o grietas, utilizaremos una proporción de aguarrás de un 15%.

      ¡Y otro regalito! Una receta para la encaústica:

      1ª mano.  30% de cera de abejas decolorada, diluida al 70% en esencia de trementina. Nutre la madera
      2ª mano. Añadir a la anterior mezcla un 10% de cera carnauba. Da brillo a la madera
      3ª mano. 30% de cera de abejas decolorada, 10% de cera carnauba, 5% de colofonia y 55% de aguarrás.
         
       Aplicar en caliente, a brocha, dejar secar...Y a continuación de dar la cera, ya sabéis:  ¡pulir cera!

                   Un gran saludo, y espero que os sea muy útil la información de hoy!.
    

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Herramientas y Maquinaria (II): Cepillo-Regrueso

Hola a todos, continuamos hablando de las principales herramientas y maquinas que necesitaremos para el trabajo de la madera.

Máquina preparada para cepillar.
La cepilladora-regruesadora, es la máquina que junto con la sierra de cinta y la circular (ya hablaremos de ella), considero más útil en nuestro taller.  Aunque en los talleres industriales cuentan con estas máquinas por separado, en pequeños talleres se suele tener una sóla máquina que combina ambas funciones. Mientras la cepilladora se utiliza para preparar dos de las caras de la pieza de madera, dejándolas lisas y a escuadra (con sus caras a 45º), la regruesadora cepilla las restantes caras de la pieza en relación con las que hemos cepillado, sirviendo para darle el grueso final a la pieza.


Preparamos la máquina para regruesar levantando las mesas de cepillado.
 Las cepilladoras se clasifican por el ancho de sus cuchillas y de ello dependerá la mayor anchura de la pieza que podamos cepillar o regruesar. En una cepilladora media será de 260 mm. Las cuchillas en estas máquinas combinadas son compartidas, así que digamos que cuando una pieza de madera pasa por el regrueso, está pasando por una mesa situada debajo del mismo eje portacuchillas que se utiliza para el cepillado de las piezas.

El eje portacuchillas está situado entre dos mesas indepedientes, así la profundidad del corte la modificamos subiendo o bajando la mesa anterior.
Una mesa de regrueso normal tendrá un ancho de 250 mm., y está equipada con dos rodillos de arrastre, que accionados por el motor, sirven para hacer pasar la pieza por debajo del eje portacuchillas que se encuentra en movimiento. Podremos ajustar el grosor de corte subiendo o bajando la mesa.

La mayor parte de estas máquinas usan dos o tres cuchillas de un solo filo, también llamadas "hierros", que deben ser afiladas y rectificadas de manera periódica. Generalmente están fabricadas en acero de gran velocidad, pero si lo que vamos a cepillar habitualmente es aglomerado o maderas "arenosas", como la teca, deberemos optar por cuchillas con puntas de carburo de tugsteno, pues su filo se mantiene afilado durante más tiempo.

En este momento es preciso hablarles de las medidas de seguridad, ya que, si bien esta máquina no debe resultarnos peligrosa, si no seguimos unas mínimas normas de seguridad las cuchillas de una cepilladora pueden seccionar un dedo en tan sólo una fracción de segundo. Por eso esta máquina viene equipada con una guarda longitudinal que cubre el ancho y el largo que no usemos del eje portacuchillas, lo que nos ayuda a mantener las manos fuera del alcance de las cuchillas. Otro de los cuidados que debemos tener es el de no cepillar piezas con un grosor inferior a 6 mm., así como no regruesar piezas cuya longuitud sea menor que el ancho de la mesa regruesadora.

En general son cuestiones de sentido común pero, a veces, es justo cuando más seguros nos sentimos con una máquina, que relajamos el seguimiento de las normas y...se produce un accidente.

En resumen, con esta máquina podemos:

    * cepillar las caras de una pieza de madera;
    * regruesar una pieza para dejarla del grosor deseado;
    * cepillar un bisel inclinando la guía del cepillo;
    * rebajes en la madera;
   

Escopleadora
Y otra importante función que suele ir asociada a estas máquinas, es la del cajeado o escopleado. Una cajeadora es una especie de porta-brocas que utiliza el mecanismo impulsor de la cepilladora-regruesadora, y que se fija al extremo del eje portacuchillas. Frente al porta-brocas se situa una mesa en la que se fijará la pieza que queramos trabajar; la mesa puede deslizarse lateralmente y hacia delante y hacia atrás. Así mismo, esta mesa también puede ajustarse en altura. Todo esto suele tener una única pero utilísima función: abrir las cajas que se utilizan para los ensambles de caja y espiga  y también fabricar las propias espigas.

Como veréis, tener una máquinita como ésta, nos puede facilitar enormemente nuestro trabajo, e insisto, hacernos un poquito más independientes de otros profesionales.

Y hablando de trabajar..., os dejo que el trabajo de taller me espera!

¡Saludos para todos!

Y en el próximo capítulo...  LA SIERRA CIRCULAR .


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